Por qué es importante para la salud cambiar la ropa de cama con frecuencia

bebe catre

La cama es caldo de cultivo para la reproducción de hongos y bacterias: tengamos en cuenta la humedad que se genera cuando dormimos, la saliva que a veces queda en las almohadas, los fluidos corporales que despedimos (en especial los bebés), las células de la piel que recambiamos y el resto de las cosas que «entran» en la cama. ¿Sabías que la piel humana es alimento para los ácaros del polvo y que una persona puede transpirar hasta un litro de sudor en una noche e incluso más si duerme muy abrigada?  (fuente: https://www.lanacion.com.ar/2156900-por-que-es-importante-para-la-salud-cambiar-la-ropa-de-cama-con-frecuencia)

«Las problemáticas que se encuentran con mayor frecuencia en la ropa de cama y colchones son la pediculosis y la escabiosis (o sarna). Ambas, se transmiten a través de parásitos que pueden mantenerse con vida alrededor de 48 horas», asegura el Dr. Diego Montes de Oca, especialista médico, asesor de Espadol Dettol. «Hay otras razones que propagan la transmisión de gérmenes: no ventilar ambientes, no lavar la ropa, por eso es hora de que revises la frecuencia con la que cambiás y lavás tu ropa de cama

  • Sábanas: una vez por semana. Lo ideal es cambiar de sábanas todas las semanas y lavarlas, al menos, a 60 grados para eliminar eficazmente las bacterias. También es recomendable secarlas al sol, ya que esto pemite también combatir microorganismos. En los meses de verano, lo recomendable es cambiarlas dos veces a la semana.
  • Pijama y Bolsa de dormir: cada dos días. Igual que con el resto de las prendas que usamos para el día a día, lo ideal es cambiarlo y lavarlo cada dos días.
  • Fundas de almohadas: cada dos días. La piel del rostro y el pelo están en contacto directo con ellas. Restos de maquillaje o cosméticos, células muertas y suciedad del día pueden acumularse fácilmente en las fundas. Mantenerlas limpias también ayuda a tener una piel saludable y a que el pelo se mantenga en buenas condiciones por más tiempo.
  • Almohadas: cada tres meses. ¿Sabías que al cabo de dos años, el 10% del peso de una almohada que no pasó por el lavarropas corresponde a ácaros muertos ? Pero esa no es la única suciedad que acumula la almohada: bacterias, piel muerta y hasta 16 especies de hongos se pueden alojar en ella. Por eso, las almohadas deben lavarse cada tres meses. Las de plumas tenés que llevarlas a la tintorería, las sintéticas se pueden meter en el lavarropas. También es importantísimo secarlas bien porque, de lo contrario, se forma humedad y moho.
  • Colchón: cada seis meses. Al igual que las sábanas y las almohadas, el colchón acumula polvo, bacterias y moho que pueden producir infecciones y reacciones alérgicas. Para limpiar un colchón, podés pasar la aspiradora y ventilarlo al sol cada medio año. Si tiene alguna mancha, frotá la superficie con un paño humedecido en agua fría y jabón para tapicería.