Eco Party pañales de diseño sustentable

Actualmente en Argentina existen solamente dos empresas dedicadas a la fabricación de
los llamados “pañales ecológicos”, es decir, de más de un uso, una de ellas, Baby Party
situada en Mar del Plata. Con la finalidad de mejorar su posicionamiento con respecto a los
pañales importados, la empresa marplatense viene realizando un proceso de mejora
continua en varias de sus áreas estratégicas como el marketing y el posicionamiento de
mercado como también el mejoramiento de los productos actuales que incluye al diseño
como disciplina. Durante los años 2018 – 2019 el Grupo de Investigación en Diseño
Sustentable GIDSU trabajó con una serie de empresas locales para el desarrollo y puesta
en marcha de una Certificación de Diseño Sustentable ofreciendo un plan de mejoras en
materia de sostenibilidad. Entre esas empresas se encontraba la pañalera antes
mencionada. A partir de esa exitosa experiencia colaborativa Universidad-Empresa, en
2022, se presentó un proyecto de financiamiento de Vinculación Tecnológica de la UNMDP
para la mejora del producto en términos de morfología, sistemas de cierre, y secuencia
productiva desde una perspectiva de Diseño centrado en el usuario. El proyecto que
describimos y analizamos en este escrito nace como propuesta de resolución de algunos de
los puntos críticos detectados en la certificación que el grupo GIDSU realizó a la empresa
en el 2018. El objetivo de este informe es analizar, mediante el estudio de caso, las distintas
estrategias en torno al diseño sostenible en relación al desarrollo regional. Se observan
múltiples desafíos: diálogos entre requerimientos y posibilidades de ser implementadas,
oferta de materiales locales/importados para asegurar niveles de calidad, continuidades y
discontinuidades en materiales y proveedores, formas de comunicar las mejoras en el
producto y canales de diálogo con el cliente y rol del diseño como disciplina, entre otros.

Contextualización

La maximización de la producción, el consumo indiscriminado, el uso desmedido de
recursos, la abismal diferencia social y la ganancia económica como único criterio de
progreso son factores del mundo actual claramente críticos en el mediano plazo. Esto
sucede, aún considerando los avances obtenidos en ciencia y tecnología durante las últimas
décadas, que dieron por tierra con las críticas setentistas a los límites del crecimiento
(Meadows y Meadows, 1972). Las limitaciones de éste sistema productivo-financiero se
manifiestan a través tanto del descontento social planetario como en el problema del cambio
climático, por enumerar sólo dos extremos de esta situación. En este sentido, resulta
necesario consolidar y fortalecer la comprensión de una integralidad productiva y vivencial
que optimice las relaciones entre economía, sociedad y ambiente. El diseño debería
colaborar en ese sentido. Hace medio siglo, Papanek escribió:
“El diseño tiene que ser una herramienta innovadora, altamente creativa e interdisciplinaria,
que responda a las verdaderas necesidades de la humanidad. Ha de estar más orientado a
la investigación y es preciso que dejemos de deshonrar a la misma tierra con objetos y
estructuras pobremente diseñadas”. (Papanek, 1977, p 22)
La transición hacia un diseño sustentable requiere de nuevos enfoques y estrategias. En
este informe, mediante un estudio de caso, se busca poner en evidencia las formas de
vinculación entre producción e investigación actuales que dan como resultado nuevas
formas de trabajo que potencian a cada una de las partes. Dentro de las nuevas dinámicas
de trabajo Retamozo (2022) afirma que la sustentabilidad, o al menos el lograr una
producción sustentable desde una empresa de la rama de indumentaria, no es un resultado
posible del manejo adecuado de la empresa, sino que requiere una visión sistémica, en la
cual los stakeholders (1) de la misma estén involucrados; en este trabajo se profundiza
sobre la relación empresa-grupo de investigación (universidad). Esta vinculación ha
generado distintas instancias de avance sobre la implementación de estrategias sostenibles
sobre la empresa y sobre el producto que ofrece la misma. El diseño posee lo que Galán
(2008) denominó participación expansiva, es decir que requiere de múltiples miradas que
confluyen en el mejoramiento del sistema producto-servicio para alcanzar una
competitividad en el mercado.
A lo largo de este trabajo se han retomado algunas de las implicancias de la vieja discusión
centro-periferia (Sunkel y Paz, 1970; Prebisch, R. 1976; Bonsiepe, 1972). Esto se debe a
que el requerimiento primigenio de la empresa era resolver un sistema de cierre que
reemplazará al abrojo original, importado y de excelente calidad, debido a que el abrojo que
se consigue de producción local no acompaña a la cantidad de usos que requiere el resto
de componentes, y por ende no se puede asegurar la misma calidad del pañal. La falta de
insumos nacionales con ciertos requerimientos de calidad, ocasiona una limitación
económica y proyectual causada por el ya citado dilema centro-periferia, el cual redunda en
un empeoramiento del producto y en suma, en impactos sobre el ambiente local, ya que los
usuarios, ante este inconveniente, se inclinan por el pañal descartable en lugar del reusable.
Una externalidad negativa del sistema pañales descartables que va en aumento en todo el
planeta y que se agrava en la periferia por la muchas veces incorrecta disposición final de
los Residuos Sólidos Urbanos. En otras palabras, se espera, mediante la aplicación de
innovaciones propias de la disciplina del diseño, suplir carencias derivadas de la dificultad
de conseguir los mejores materiales posibles.
También se plantea, en esa dualidad, una de las respuestas posibles como es la sustitución
de importaciones, que rara vez puede ser lineal -es decir, reemplazar un producto
determinado importado por el mismo producto argentino- sino que implica repensar desde
el punto de vista del diseño como se optimizan las funciones ante diferencias en calidades,
rendimientos y tamaños entre otros factores.
Si se estudian otros casos argentinos del pasado en los cuales se debió realizar una
sustitución de importaciones (Bonsiepe, 1972; Picabea y Thomas, 2011; Picabea, 2014) se
observa que en general, el “ingenio” (por poner un nombre trivial a la aplicación al máximo
de todas las potencialidades de una disciplina) es lo que logra superar la limitaciones
creadas por la ausencia de determinado material importado.
Este tipo de enfoque no es novedoso ya que hace casi cincuenta años Bonsiepe escribía:
El diseño industrial tiene, por lo tanto, una posibilidad de convertirse en componente
eficiente de las fuerzas productivas y de una política tecnológica en general. Los grandes
sueños del proyectista como innovador social que influye en el cambio social a través del
diseño de estructuras físicas han sido perforadas por la crítica sociológica. Tal vez no sea
un mal síntoma que los manifiestos grandilocuentes estén reducidos hoy a los museos. Las
tareas del día son más prosaicas, menos espectaculares, pero no por eso socialmente
menos importantes. (Bonsiepe, 1975, p 32)
Otra vertiente que resulta valiosa destacar es la del Diseño Centrado en las personas desde
las visiones de Norman (2002) y Zhang, Dong (2009). Este concepto posee múltiples
formas de aplicación (productos/servicios/gestión), en la cual se tiene en cuenta en todos
los procesos productivos a los usuarios. Cabe aclarar que en este estudio de caso se hace
una necesaria diferenciación entre los usuarios (bebés) y los clientes (padres, familiares y
cuidadores), es importante destacar que se han implementado metodologías para conocer
cuáles son los requerimientos de cada uno de los stakeholders, como puede ser el confort
para el bebe que usa el pañal o como la practicidad de poner y sacar el pañal al bebe
durante la etapa de cambiado realizada por un adulto responsable.
Por otra parte, es importante mencionar que esta metodología de diseño se aplica en todas
las fases del desarrollo, por ejemplo en la búsqueda de facilitar el trabajo a la persona que
confecciona el pañal, es decir, hacer más sencilla la secuencia productiva de armado.
Asimismo, en este proceso de diseño se busca la mejora continua por lo que resulta
primordial validar el rediseño con los usuarios, encontrando posibles puntos de dolor y
proyectando posteriormente alternativas de mejora.
También es importante destacar el diálogo de diversos saberes que permiten ver el
problema desde diversas perspectivas, pero todos los actores tienen como objetivo la
generación de un producto que sea usable, funcional y óptimo para todos los usuarios.

DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA: los pañales descartables
La humanidad ha desarrollado desde tiempos inmemoriales métodos de contención de las
heces y orina de los bebés, que sería innecesario historiar para este trabajo. La mayoría de
las veces, con textiles basados en algodón o lino. Sin embargo, alrededor de 1940 se
empezaron a buscar materiales más absorbentes, como la celulosa. En Suecia, en la
segunda posguerra, fue donde se produjeron los primeros pañales descartables. En poco
tiempo se empezaron a exportar a EEUU, a precios altísimos. No obstante, enseguida se
empezaron a fabricar allí, mejorándolos con cierres plásticos en los bordes para evitar
escapes desagradables (Rollan Guillen, 2013)
El pañal desechable se compone de materiales no biodegradables como lo son el
polipropileno, poliéster y el polietileno, todos materiales sintéticos que pueden tardar entre
200 y 500 años en degradarse (Coello, 2018). Los pañales descartables contienen en su
interior un polímero llamado poliacrilato de sodio, material que puede absorber entre 200 y
300 veces su peso en agua y en contacto con la misma adquiere el estado de gel. Si bien
en Argentina, con 46.044.703 habitantes (INDEC 2022), no hay estadísticas realizadas
sobre el tema, se podría intentar una comparación con una país de similar cantidad de
habitantes. En España con 47,21 millones de habitantes, cada mes se tiran a la basura 125
millones de pañales, 40.000 toneladas de residuos que no pueden reciclarse y que deben ir
directamente al vertedero (Coello, 2018). Aunque debido al mayor nivel socioeconómico del
país europeo el consumo per cápita puede ser mayor, la cifra argentina no debe ser muy
inferior. Los pañales desechables actualmente conforman el alrededor del 4% de los
residuos sólidos en los vertederos (Bernaola, 2021). Si se proyectan estos datos de un solo
país, en un mes, a nivel mundial la magnitud del impacto negativo es alarmante. En este
sentido, es necesario pensar en otra alternativa de pañal que genere menor impacto
ambiental, en busca de mayor beneficio para la población actual y para las nuevas
generaciones, propiciando un entorno más amigable. Como alternativa y posible solución a
los problemas señalados, surgen (nuevamente) los pañales de tela, esta vez con mejoras
que los asemejan al tipo de uso de los pañales descartables.

¿PAÑALES DEL CENTRO O DE LA PERIFERIA?
La mayoría de los pañales reutilizables que se consumen en el país provienen de China,
con el consiguiente gasto de divisas para su importación, además de la huella de carbono
causada por el traslado desde Asia, sumado también a que existe un desconocimiento de
cómo se elaboran los productos en términos de condiciones laborales.
En la actualidad el mercado de pañales de tela en Argentina es liderado por pañales
importados (las citadas marcas chinas) que ocupan aproximadamente un 50% del mercado.
En Mar del Plata, la empresa Eco Party los produce con material resistente y de fácil lavado. Su
producto ha sido premiado por la Unión del Comercio, la Industria y la Producción local
(UCIP) en la categoría de innovación de producto, en el año 2020.

CONTEXTUALIZACIÓN DE LA EMPRESA BABY PARTY
La empresa comenzó con la producción de pañales de tela en 2017, fecha en la cual
lograron importar uno de los principales componentes de su producto, un liner impermeable
y respirable, esto permite asegurar las prestaciones básicas del pañal, que absorban los
paños de origen natural y que por otro lado mantengan seco al bebe evitando derrames en
la ropa. Actualmente (2023) la empresa está conformada por seis miembros, los mismos
desarrollan actividades contables, corte, confección, puesta a punto, desarrollo en redes
sociales, todos ellos coordinados por la dueña. Cuentan con un local en Mar del Plata, allí
se pueden acercar los clientes ya que el espacio funciona como un showroom-taller y en él
se pueden ver todos los modelos y talles de pañales, además de recibir asesoramiento. El
ciclo productivo se realiza en diferentes espacios: tizada y corte en el showroom – taller,
confección y armado en taller tercerizado, sublimado de lycra en gráfica, control de calidad
en showroom-taller.

DESCRIPCIÓN DE LA VINCULACIÓN GIDSU-BABY PARTY
Se han descrito brevemente las condiciones de Eco Party, En este apartado se realiza una
reseña de la contraparte académica, el Grupo de Investigación en Diseño Sustentable,
GIDSu (2). Fue creado en 2011 dentro de un Centro también iniciado ese año, el Centro de
Investigaciones Proyectuales y Acciones de Diseño Industrial CIPADI (3), el GIDSu se
caracterizó desde su creación por la búsqueda de relaciones entre la Universidad y las
empresas, con el objetivo primordial de avanzar hacia los aportes posibles del diseño
tendientes a un grado mayor de sustentabilidad en las actividades de la región. En ese
sentido, se trabajó con varias industrias locales, como la metalmecánica y la
textil-indumentaria. En este segundo ramo el grupo desarrolló una certificación que
investiga, sistematiza y legítima aspectos de la sustentabilidad de las empresas. Siempre
en ese sentido, este grupo de investigación ya había trabajado con Baby Party durante el
año 2019 en el análisis de sus procesos de producción para elaborar el diagnóstico previo a
la obtención del Sello de Gestión Sustentable del Diseño (Monacchi y Canetti, 2018). A raíz
de ese primer contacto se detectó una empresa con fuerte potencial innovador, que busca y
acepta la participación de la Academia para el mejoramiento de sus procesos y productos.
Planteadas ambas partes actuantes: ¿Cuáles serán los beneficios de su participación en
este desarrollo? Según se desprende de lo hecho hasta ahora, el beneficio para la empresa
será, entonces, la obtención de una de las mejoras posibles detectadas en el momento de
la certificación ya citada, es decir diseño y producción de un SAC eficiente y durable.
Por otra parte, el GIDSu, que como se ha dicho, viene trabajando desde hace más de una
década en los aspectos teóricos y prácticos de la sustentabilidad, sobre todo en relación a
la industria local, evidenciado en siete proyectos de investigación sobre el tema, más de
cien publicaciones en congresos y revistas con referato y en la elaboración de la
certificación en diseño sustentable realizada a más de 20 empresas locales. El beneficio
para este grupo de investigación será la corroboración práctica de los principios, teorías y
metodologías que se vienen investigando desde el 2011.