Mart\u00edn tiene 39 a\u00f1os, es gerente en una f\u00e1brica y es pap\u00e1 de Basti\u00e1n, de dos a\u00f1os. Desde el principio necesit\u00f3 conectarse con el embarazo de su mujer: \u00abMe sent\u00ed parte desde el primer momento, contaba los d\u00edas para una nueva ecograf\u00eda y asist\u00ed al curso de preparto, que me ense\u00f1\u00f3 a acompa\u00f1ar a mi mujer en todo momento. Le daba la mamadera para que ella descansara<\/strong> o se tomara un ba\u00f1o; preparaba la comida o ba\u00f1aba al beb\u00e9. Lejos de sentirme un h\u00e9roe, siempre tuve claro que eso es lo que ten\u00eda que hacer porque yo tambi\u00e9n soy el padre. No es que ‘ayudo’ a mi pareja, soy parte de la crianza de mi hijo y lo hago muy a gusto\u00bb.<\/p>\n\n

Pero su pap\u00e1 y su t\u00edo no piensan lo mismo sobre la relaci\u00f3n con su hijo: \u00abEllos me dicen ‘conchita’ porque estoy involucrado con las tareas de mi casa. Mi t\u00edo cuenta con orgullo que jam\u00e1s cambi\u00f3 un pa\u00f1al de sus cuatro hijos y mi pap\u00e1,<\/strong> si bien con el abuelazgo se abland\u00f3 un poco, hay cosas que a\u00fan no comprende\u00bb.<\/p>\n\n

Mat\u00edas tiene 36 a\u00f1os y es empleado en un laboratorio. Quiere ser padre desde que tiene uso de raz\u00f3n, y as\u00ed lo demuestra desde que hace 7 a\u00f1os naci\u00f3 Lola, su primera hija. \u00c9l se ocupa de acompa\u00f1arla a todas las actividades porque su mujer trabaja. \u00abLa voy a buscar a la escuela, la llevo a gimnasia deportiva, a nataci\u00f3n, me quedo sentado con otras madres la hora de la clase y algunas me dicen ‘ay pobre, te toca a vos venir’ y yo les digo: ‘\u00bfY por qu\u00e9 no, si soy el padre?’. Creo que las mujeres tienen una mirada muy machista a\u00fan sobre las cosas, yo disfruto de ver a mi hija colgada de las paralelas o haciendo una medialuna, como disfruta mi mujer cuando logra ir a verla\u00bb, cuenta.
Todos ganan<\/strong>
Con este nuevo mapa familiar, todos salen beneficiados. Para la licenciada Cassano, la presencia activa tanto de la madre como del padre en la vida cotidiana del ni\u00f1o, desde su nacimiento, lo beneficia en su desarrollo psicol\u00f3gico y emocional, y favorece un clima enmarcado por la igualdad, la afectividad, la contenci\u00f3n, la seguridad y un mayor bienestar para toda la familia.
\u00abLas mujeres madres, en sinton\u00eda con este nuevo paradigma, poseen una fuerte inserci\u00f3n en el campo laboral, se encuentran comprometidas con su profesi\u00f3n, su trabajo, y deben retomar su actividad laboral, debido a que comparten la responsabilidad del mantenimiento econ\u00f3mico del hogar\u00bb, explica. Es bueno tambi\u00e9n que, si as\u00ed lo desean, puedan desarrollarse en su carrera, realizar actividades extras a los planes familiares y hasta puedan viajar y ausentarse de su casa si lo requiere su trabajo o tienen ganas de hacerlo.
\u00abEs esperable que, en la medida en que la copaternidad se extienda como modelo familiar, la disparidad salarial y las diferencias de oportunidades profesionales para hombres y mujeres vayan desapareciendo\u00bb, arriesga la psic\u00f3loga. Pero para eso a\u00fan falta mucho recorrido.<\/p>\n\n

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